D) Historia de hijo mayor, menor y Picardia. Indicar Nº de cantos.

El hijo mayor trabajó como peón con un patrón que hacía de su vida un calvario. Un día mataron a un boyero y lo culparon a él sin tener nada que ver. Entonces él y dos compañeros más fueron enviados a la cárcel (penitenciaria) allí no estaba permitido hablar, ni matear, ni cantar, ni fumar. En el CANTO XII En tal terrible soledad, oye el latido de su pecho y piensa en su madre, padre y hermano. Por más fuerte que sea el hombre, también sufre, gime, llora y calla metido en aquel infierno. Sufrió mucho al ver que a otros presos los visitaban sus familias y a él no lo visitaba nadie. También dice que “quien ha vivido encerrado poco tiene que contar”. CANTO XII
El hijo menor vivió diez años entre extraños hasta que lo encontró una tía que le dio todo (cariño, cuidado, etc.). Cuando esta murió le heredo todo, pero al ser menor de edad el juez se lo confiscó hasta que sea mayor de edad y lo puso al cuidado de un tutor, un viejo llamado Vizcacha. Describe a su tutor como un viejo terco, borracho, bravo, renegado y ladrón. Era agresivo si hacía algo que le disgustaba, por ejemplo un día le dio un golpe con un palo a su mujer por darle un mate frío y la mato. Cuando el juez se lo nombro tutor dijo que era un señor y que le iba a enseñar a trabajar y darle educación, pero en realidad era todo lo contrario, solo lo aconsejaba cuando estaba borracho. El viejo Vizcacha cayó enfermo y empeoraba, una curandera dijo que tenía un tubérculo y que no tenía mucho tiempo de vida. Al poco tiempo falleció. El hijo de Martin Fierro se alejo por miedo a que el juez le nombrara otro tutor. Tuvo un amor con una viuda. Fue a ver a un cura para que le cure todos los males que le habían ocurrido y este le dio varias recetas para curarlo de un embrujo que le había hecho la viuda pero ninguna funcionó. Finalmente el cura le dijo que la viuda no se podía casar porque se lo había prometido a su marido moribundo y le recomendó que se aleje de la mujer. Luego el cura le dijo al juez que él era un cabeza dura y lo echaron a la frontera. CANTO XIII, XIV, XV, XVI, XVII, XVIII, XIX.
Picardía relata cómo se quedó huérfano y fue recogido por un pastor que le dio muy malos tratos; se escapó y se fue a Santa Fe pero también le fue mal. Cuando estaba por volver fue acogido por unas tías que le hacían rezar todo el día, pero su naturaleza pícara le impulsa a abandonar a sus tías y buscarse la vida. Cuenta sus aventuras y todo lo que tiene que hacer para ganarse la vida. Termina como asociado con un fondero jugando y haciendo trampas en su fonda (especie de casino). Hacia trampas en los juegos así los clientes se entusiasmaban y seguían jugando. Como nunca lo descubrían, hacia trampa en todos los juegos. Se enemistó con un oficial de Partida, que le exigió que pagara una multa porque el juego estaba prohibido. Dos veces se encontraron pero todo se complico cuando Picardía quiso conquistar a su mujer. Se escapo de el oficial en muchas oportunidades hasta que en las elecciones el oficial lo quiso obligar a votar por quien quería el comité, Picardía se negó, vino la policía y lo enviaron al cepo. A los pocos días se reunieron todos los que iban a ser enviados a la frontera (la mayoría eran los que no habían votado por quien quería el comité). Llego el comandante y comenzó a explicarles uno por uno porque los mandarían a la frontera. Llego el turno de Picardía, estaba un poco asustado, el comandante le dijo que era un jugador, un vago, un picaflor, y que era un bandido como su padre, a pesar de que no lo conocía. En la frontera formó parte de la milicia. Allí se trabajaba y se hacía sacrificio pero no le pagaban nada. CANTO XXI, XXII, XXIII, XXIV, XXV, XXVI, XXVII, XXVIII